Hace poco participé como orador invitado a un evento de reconocimiento a los mejores promedios de las carreras de Ingeniería y Tecnologías de Información del Tecnológico de Monterrey, Campus Monterrey. Como Socio Director de Sintec, en donde hemos trabajado con centenares de proyectos con empresas internacionales, he tenido la oportunidad de observar y sobre todo aprender lecciones que años de estudios académicos no pueden otorgar.
A lo largo de más de 30 años he visto estudiantes que se convirtieron en directores generales, empresarios que empezaron con un pequeño proyecto y ahora tienen grandes negocios. He visto personas muy talentosas que han trabajado conmigo que logran grandes cosas y también gente talentosa que podía haber logrado grandes proyectos, pero han fracasado. Esto me pone en una situación privilegiada donde tengo una nueva perspectiva y en donde para mí la pregunta clave es: ¿En función de qué se basa el éxito profesional de una persona? Por lo tanto, me di a la tarea de pensar qué consejos, con base a mi experiencia, quisiera darle a aquellos que tienen un excelente desempeño académico y están por emprender en el mundo laboral.
A mi punto de vista, existen cinco aspectos que hay que cultivar si se quiere trascender en una carrera profesional:
Aprender y sobreponerse de los fracasos
El mundo profesional está lleno de incertidumbre y es increíblemente complejo. Es un mundo donde el éxito no es seguro, y si se logra es pasajero, pero el fracaso sí es seguro. No conozco una sola persona de éxito que no haya enfrentado muchos fracasos. Lo fundamental es que nuestras formas de pensar, decidir y actuar son parte esencial de esos fracasos. Entonces, el aprendizaje requiere que para mejorar lo de “afuera”, entendamos y mejoremos lo de “adentro”, a uno mismo. Requiere la capacidad de resiliencia para sobreponernos a los golpes a la autoestima y la emoción que van de la mano de los fracasos. En nuestra actividad profesional tenemos que seguir aprendiendo siempre, pero de una forma diferente a como lo hacemos en una universidad.
Debemos trabajar con otras personas
No estamos aislados; nadie somos mejores que la gente que nos rodea porque nuestro desempeño depende de otros. No es una tarea sencilla cuando tenemos que trabajar con gente que tal vez nunca escogeríamos como amigos, sin embargo, es necesario aprender a trabajar con gente distinta, que tienen diferentes pensamientos, diferentes orientaciones culturales, sexuales, e incluso, abrir nuestra mente a futuras generaciones. La clave para trabajar con todo tipo de personas es reconocer nuestros propios límites y apreciar que el significado de un límite, para otros no lo es, y por eso nos complementamos. En esta complementariedad podemos hacer las cosas mejor que lo que se podrían lograr haciéndolas de forma individual; es así que debemos tener la capacidad construir relaciones productivas, con personas que nos ayuden a elevar nuestro nivel de desempeño, así como a apreciar, escuchar, y colaborar.
Vivimos en un medio ambiente con problemáticas de todo tipo
Sociales, civiles, ambientales, y no podemos ser ajenos a esto. No podemos ser exitosos profesional o académicamente, y estar ajenos a lo que pasa en nuestro ambiente. Quienes tenemos la fortuna de “tener” estamos obligados a compartir, pero sobre todo compartir lo más difícil, que no es dinero, nuestro tiempo. Dar nuestro tiempo es dar nuestro ser, y hay que darlo en la parte que nos corresponda.
Tenemos que tomar decisiones
El éxito no es una cuestión de talento, es de decisiones. Las decisiones más difíciles son las relacionadas con gente, empezando por uno mismo. Todos tenemos nuestros “lados
brillantes” y nuestros “lados oscuros”, pero queda en nosotros a cuál obedecer. ¿Obedecemos a nuestro lado brillante, u obedecemos a nuestro lado oscuro? Las principales decisiones a las que nos enfrentamos son de ética, donde el paraguas que debemos utilizar para tomar dichas decisiones son nuestros valores.
Ser personas balanceadas
Si bien es importante tener éxito profesional, nunca hay que descuidar el ámbito personal y el ámbito familiar. No hay un éxito profesional que compense un fracaso personal ni familiar. He visto personas triunfar empresarial y económicamente, pero que personalmente y familiarmente han fracasado; lo cual me lleva a preguntarme ¿De qué sirve eso? ¿De qué sirve tener todo ese patrimonio si en lo personal se fracasa?
Las nuevas generaciones no lo tienen fácil, están saliendo a aprender de un mundo difícil, en donde el éxito es pasajero y el fracaso es seguro. Pero las armas que tienen a su favor serán su capacidad de trabajar con otras personas; como bien dice el proverbio: “Si quieres llegar rápido ve solo, si quieres llegar lejos, ve acompañado”. Adicionalmente debemos ser partícipes en la resolución de problemáticas de nuestro ambiente y donar nuestro tiempo, talento y conocimiento. Pero, sobre todo, hay que aprender a tomar decisiones basados en nuestros valores y ser siempre unas personas balanceadas. Éstos, en mi experiencia, son 5 aspectos que son básicos para tener un éxito profesional.