El error cometido comúnmente por las empresas, es NO considerar los factores relevantes del estado actual de la organización y saltar directo al diseño de la organización.
Diseñan sus estructuras sin considerar el estado actual de la organización, o asumen que la organización actual puede habilitar la estrategia cuando esto no es posible.
Si la dirección no da la importancia al tema o bien no entiende el rol de la estructura organizacional para la estrategia se provoca:
- Desorden en la gestión de objetivos, la estrategia se vuelve inoperante en términos de responsables.
- Confusión entre lo prioritario y lo importante, las directrices estratégicas no se traducen en objetivos alineados a incentivos y retribuciones claras para la gente.
- Áreas grises para la toma de decisiones, conflictos entre áreas y señalamientos entre ejecutivos.
- Resultados fallidos por falta de compromiso y esfuerzos duplicados entre las áreas.
- Asignaciones de responsabilidades que no existen o que no responden a nada.
- A los cambios en la estrategia como reacción a algún factor que la dirección o socios detectan no se realizan los ajustes necesarios en la organización.
Cuando la organización está alineada a la estrategia…
- Las líneas de autoridad, comunicación, asignaciones y distribución de funciones se dirigen a un mismo objetivo dentro del marco jerárquico.
- La forma y medida de los roles, la gobernabilidad y las responsabilidades se delegan, controlan y coordinan con un límite establecido: todos saben que hacer y hasta dónde llega su responsabilidad
- La información fluye naturalmente entre los diferentes niveles de gestión: no existe confusión
- La empresa entiende el alcance y sus capacidades de la organización actual, el entorno y sus restricciones.
- Entiende perfectamente el momento que vive la organización y hacia dónde se dirige.